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La habitación del hotel era grande pero le faltaba color, una foto o también habría sido agradable. Y la luz del baño no era fácil para maquillarse. El secador de pelo no funcionaba correctamente. Tampoco había radio, no vimos televisión en nuestro fin de semana de spa. En el lado positivo, el balcón era enorme, con mesa, cojines y sillas, el área circundante era ideal para practicar senderismo, también han sugerido hojas de recorrido disponibles en la recepción. También puede seguir recorridos publicados y firmados desde el pueblo cercano, el paisaje en otoño era fantástico. Nuestro masaje fue mal reservado, pero pudimos solucionarlo y la calidad fue buena. Reserve con anticipación: las citas no son fáciles de conseguir (pero ese suele ser el caso). La comida estaba bien solo en la primera noche, una opción mucho mejor en la segunda, una opción vegetariana está disponible y la tabla de quesos tenía una amplia selección, pero no mucha variedad con el postre. El desayuno también es muy bueno, con mucha variedad y el café ya te está esperando en la mesa. Sin embargo, el comedor puede ser muy ruidoso. Los vinos a la carta son mucho mejores que los vinos de la casa. El personal hace un esfuerzo para que disfrute de su estancia. Por cierto, desde Fulda, no es fácil llegar en transporte público: solicite a la recepción el número de una compañía de taxis con la que hayan acordado tarifas fijas desde y hacia la estación principal. …